En un país diverso y multicultural como Ecuador, los conflictos son inevitables. Sin embargo, la forma en que se resuelven puede marcar la diferencia entre una sociedad fracturada y una que avanza hacia la convivencia pacífica. La mediación se ha convertido en una herramienta clave para gestionar disputas de manera colaborativa, evitando la judicialización innecesaria y fomentando el diálogo.
La mediación es un método alternativo de resolución de conflictos en el que un tercero neutral, llamado mediador, facilita la comunicación entre las partes en disputa para que ellas mismas encuentren una solución mutuamente aceptable. A diferencia de un juez, el mediador no impone una decisión, sino que guía el proceso para que las partes lleguen a un acuerdo voluntario.
? Voluntaria: Las partes deciden participar libremente.
? Confidencial: Lo discutido en la mediación no se divulga.
? Flexible: Se adapta a las necesidades de los involucrados.
? Colaborativa: Busca soluciones ganar-ganar.
Ecuador ha adoptado la mediación como una política pública para descongestionar el sistema judicial y promover una cultura de paz. La Constitución de 2008 (Art. 190) y la Ley de Arbitraje y Mediación (1997, reformada en 2015) reconocen y regulan este mecanismo.
? Reduce la carga judicial: Miles de casos se resuelven fuera de los tribunales.
? Fomenta la paz social: Promueve el diálogo en una sociedad con altos niveles de conflictividad.
? Es más rápida y económica: Evita procesos largos y costosos.
? Empodera a las personas: Las partes tienen control sobre el resultado.